5 abr 2014

Ciudades que desalojan sueños




Foro  Social Urbano Alternativo y Popular
Por Bibiana Ramírez (fotos y texto)

Mañana se inicia el Foro Social Urbano Alternativo y Popular (FSUAP) donde “reivindicamos el derecho a la ciudad, contra el proyecto excluyente de urbanización neoliberal que protagonizan los emporios financieros e inmobiliarios con la anuencia de las instituciones estatales. Es por ello que múltiples organizaciones de base popular nos hemos convocado para visibilizar la ciudad real, la diversa, la que se ha construido resistiendo y disputándole al capital cada barrio y cada predio del territorio urbano”, dice el manifiesto del Foro SUAP.


Serán tres días de estudio, propuestas y socialización de la crisis que viven hoy las ciudades. Se realizará en la Universidad de Antioquia contando con delegaciones de distintas ciudades del país. Habrá un panel sobre Crisis Urbana, Contextos y alternativas urbano-populares en América Latina, Democracia y paz en la ciudad, se hará un trabajo por mesas con las problemáticas que se vive en cada región y el martes 8 de abril habrá una movilización por la ciudad.

Al mismo tiempo, hoy se inicia el Foro Urbano Mundial, un evento de gran magnitud en la ciudad de Medellín el cual no vincula a la gente del común, al pobre, por el contrario es un evento para los empresarios, los adinerados, los que no tienen dificultades para conseguir el alimento diario, que no están sobreviviendo y no tienen preocupaciones de tipo económico. Un evento de talla internacional donde, bajo la premisa 'ciudades para la vida', se discutirán políticas sociales frente a la equidad urbana.

Y ahora, lo que siempre hace la administración municipal en estos eventos, es sacar de la calle a los mismos habitantes de la calle y vigilar todo el tiempo la ciudad. Desde el 20 de marzo fueron recogidos todos y llevados a dos centros receptores que sobrepasaron la capacidad para 500 personas. Llevados en  jaulas.

Medellín fue distinguida como una de las tres mejores ciudades con calidad de vida en Colombia. También se ganó el premio a la ciudad más sostenible del planeta. Esto es paradójico, parece que el premio se lo hubieran inventado, porque otra cosa son los altos niveles de pobreza y violencia que vive la ciudad. Otra cara es la que tiene en sus periferias que es donde está el mayor número de habitantes.

El desalojo como modelo de desarrollo
En casi todas las ciudades de Colombia el desalojo forzado es una modalidad implementada por los gobiernos para entregar la nación a proyectos extranjeros, que excluyen a la comunidad y atentan contra la integridad de los que lo sufren. Aquí mostraremos tres casos, dos en Medellín y uno en Bogotá donde la fuerza pública no ha respetado los derechos humanos.

Bogotá

En el barrio Rincón de Suba, Nohora, junto con su familia, tuvieron que buscar la manera de defenderse frente al Esmad que atacó sin consideración porque estaban contratados para sacarlos de la casa. Todo empezó cuando en 1996 sacó un préstamo debido a la situación económica que estaba viviendo por esos días, además que es madre cabeza de familia. “Saqué el préstamo con un viejo usurero. Él me cobraba intereses de usura, me cobraba el 5% y si me demoraba el 6%, le estuve pagando así durante varios años y tengo pruebas de eso”. Se atrasó en unas cuotas del préstamo.

El 4 de febrero del 2009 le dicen que su casa queda embargada y el 6 le dicen que tiene cáncer de cerviz. No se pudo defender del embargo, el caso pasó a juzgado y la casa fue rematada y comprada por otra persona. En medio de todo eso, el hijo mayor hizo un préstamo para recuperar la casa con la abogada que llevó el proceso, el dinero también se perdió. “Ya coloqué una demanda contra todos ellos porque me aplicaron usura y me siguen aplicando”.

A principio de este año “el rematante viene por su casa con toda la fuerza pública, con la policía, con el Esmad, con bienestar familiar, que según él mismo,  y lo tengo grabado, porque a uno le dicen ‘señora, ¿usted tiene pruebas de lo que va a decir?’  El señor me dice es que ‘tengo que pagar 7 u 8 millones de pesos al Esmad para que vaya y la saquen a usted’”, comenta Nohora.

Fueron avisados un día anterior que iban a desalojar la casa. Ellos, como sabían que era algo ilegal porque sí habían pagado la deuda, se prepararon para no permitirlo. Llegó una tanqueta que entró hasta el barrio, por unas calles estrechas, con Esmad y unos vestidos de civil que con una mano tiraban piedras y con la otra sostenían radios. “La policía arremetió contra la casa con cantidad de gases, piedras desde afuera, y me mostraron granadas, nos iban a matar. De hecho, la casa la compró un testaferro que tiene una abogada que me hizo amenazas, dijo que iba a matar a mi hijo”. Allí se encontraban niños y ancianos. Rompieron vidrios y dañaron algunas partes de la casa.

La familia, junto con la comunidad que apoyaba se defendió hasta que la policía se tuvo que retirar y no lograron sacar a la familia. Grabaron videos de todo y ahora les sirve para demandar a la policía por sus abusos y es una manera activa de proteger los derechos humanos. La casa está cerca a un humedal y estos están en miras de desaparecer para convertirse en centros comerciales cuando los humedales son la vida del territorio. Es una importante reserva de flora y fauna de Bogotá. Alrededor de 30 desalojos diarios suceden en la Capital.

En la casa de Nohora se hicieron murales en contra del desalojo y el propósito es que sea un centro cultural, decidido por toda la familia.  La casa la defendió la gente del territorio. Este caso estará en Foro social.

Medellín

En Medellín el desalojo también es una modalidad diaria. Todo gira al nuevo modelo de ciudad que se quiere imponer. Un caso particular es en Manrique, comuna 3, donde ha llegado gran cantidad de población desplazada.

La Cruz es un barrio en la periferia de Manrique, parte alta, donde en un pequeño sector se asentaron personas que no tenían dónde hacer una casa, ni empleo ni dinero. Los habitantes de La Cruz son familias desplazadas por el conflicto que vienen del mismo departamento y de diferentes lugares del país. En el 2012 la alcaldía de Medellín realizó varios desalojos en el mismo lugar, porque la comunidad se resistía a salir del único espacio que había sido posible habitar dadas las condiciones en que llegaron. El 26 de abril desalojaron a 70 familias, donde resultaron varios heridos ya que llegó la policía en la noche a tumbar las casas de madera y plástico que allí se construyeron.

Luego de este destierro 20 familias regresaron, construyeron de nuevo sus hogares porque no tenían otro lugar para llegar ni la alcaldía les solucionaba nada. El día jueves 31 de mayo, en las primeras horas de la mañana, nuevamente la Secretaría de Gobierno de Medellín, Espacio Público, la Policía Metropolitana, el ESMAD y hombres de civil, iniciaron un segundo operativo de desalojo, no dejaban entrar los medios de comunicación, argumentando que era por “seguridad” y que la población se torna más “agresiva” cuando estos llegan.

Luego de esto se dio la orden de iniciar el desalojo y el Esmad arrojó granadas de aturdimiento, gases lacrimógenos y bombas de humo, sin importar que estuvieran niños, ancianos y mujeres embarazadas presentes. Inmediatamente los funcionarios de Espacio Público comenzaron a destruir los ranchos con algunos pobladores se encontraban al interior de los mismos intentando proteger sus enseres. Estas personas fueron golpeadas por el Esmad y algunos medios de comunicación de la comunidad muestran, en video, estos ataques.

La excusa del desalojo es porque es un terreno inestable e inseguro, pero la administración y los privados sí pueden invertir para que sea habitable, porque al lado de este lugar construyeron unos edificios y en una zona aún más inestable. El plan que lleva a todos estos desalojos es el proyecto Cinturón Verde que va a encerrar la ciudad para los ricos y para privatizar y cementar cada milímetro de espacio.

Luego, en el centro de Medellín, en un barrio conocido como La Toma, fueron desalojadas cientos de familias para construir el famoso parque Bicentenario. A muchos de los habitantes les compraron sus predios a bajo precio, donde no les daba para comprar otra casa ni en la periferia. Muchas de estas casas las recibieron de herencias de sus familiares, otros fueron ocupas. Los que no quisieron vender, fueron sorprendidos con retroexcavadoras que llegaron a tumbar casas con familias dentro. Este barrio , en su mayoría la población era anciana, discapacitada, y sin embargo eso no se respetó. Hay bastantes habitantes de este sector que le tocó vivir en la calle porque no vieron otra salida. Hoy está construida la casa de la memoria en este espacio, pero la memoria del lugar ha sido borrada agresivamente. Es más bien la ciudad más contradictoria del planeta.

La administración local habla de unos logros y unos cambios que dio la ciudad para que sea apetecida por los extranjeros e inversionistas, que se le cambie la “marca” de ciudad del narcotráfico a ciudad innovadora. Pero ¿eso muestra la realidad que vive Medellín en los barrios, en las calles?

En Medellín no hay igualdad, al contrario esta brecha se expande más, porque Medellín no es de empresarios, sino de gente que llega desplazada, de campesinos que les tocó llegar a una ciudad llena de cemento, indiferencia, pocas oportunidades. Hay violación constante de derechos humanos, desempleo, cientos de familias desconectadas, que no tienen acceso a servicio públicos domiciliarios porque son muy costosos. Esta es la ciudad que nos quieren vender.

El desalojo será uno de los temas que estará presente en el Foro SUAP. Aquí puede encontrar la programación.