10 feb 2016

Dulces miradas colombianas: de Bibiana Ramírez


Por Horacio Muñoz
Bibiana Ramírez es una periodista de Andes, Antioquia, que lleva algún tiempo viviendo en Girardota. Durante las últimas semanas sus fotografías han estado expuestas en Debluss Bar, el bar de Duver Arias (director de la Corporación Debluss). Sus fotografías son algo más que un ejercicio periodístico, su lente busca la belleza, el arte. Nos muestran la Colombia del presente, pero no la urbana, de las ciudades, sino la de los campesinos y campesinas que viven en las montañas, selvas, ríos y valles. Justamente la más interesada en que se firme y haga la paz. Una entrevista.

   
H. Muñoz: ¿Qué te interesa de la fotografía?
Bibiana Ramírez: Me interesa conservar un espacio y un tiempo de situaciones que no van a quedar en la memoria de nadie, sólo en esa imagen. Me interesa acercarme a esas miradas que de algún modo transmiten algún mensaje, una representación del lugar donde están. 

¿Visita muchas regiones asociadas al conflicto en Antioquia?
Algunas de esas fotografías fueron hechas en el noroccidente colombiano que es donde he estado haciendo reportería. Casi siempre que voy a esos lugares me encuentro con historias de violencia. Lo que hago con esta exposición es mostrar el lado claro de la violencia. Uno ve las fotos y puede pensar muchas cosas, entre ellas que por ejemplo esos ojos estén viendo alguna tragedia o la hayan vivido. Por ejemplo están las niñas del Catatumbo, “Miradas del Catatumbo”, que son cuatro niñas que estaban en un refugio humanitario donde estaban haciendo un desplazamiento masivo, erradicando cultivos de coca. Esas niñas son hijas de gente que vive de la coca en una situación compleja. Lo mismo el niño sobre la bandera de Colombia, es una foto en San José de Apartadó que es una de las zonas donde más arremetida paramilitar hay en este momento y desde hace muchas décadas. Donde también exterminaron a gran parte de militantes de la Unión Patriótica. O por ejemplo una que se llama “Mirada de oro” que me gusta mucho, es una mujer con un niño dándole tetero y con un rayo de sol dándole en los ojos muy amarillos. Es en el cañón del río Cauca donde hay muchos baraqueros que están siendo desplazados por hidrohituango. Esa luz en los ojos de ellos refleja el oro del que viven. Es simbólica esa foto. 

¿Es seguro hacer fotoreportería y periodismo de guerra en Colombia?
Es como difícil aunque hasta ahora no me ha pasado nada pero no me confío. Igual nunca salgo sola, siempre viajo con una comisión donde van abogados, acompañamiento internacional, organizaciones sociales, campesinas, defensores de derechos humanos. Por ese lado ya hay cierta protección. Si algo me pasa a mí nos pasa a todos los que vamos ahí. 

¿Qué piensas tú del proceso de paz conociendo el caso de Antioquia?
Lo estudio estando en las regiones. Me doy cuenta que no hay muchas garantías para la gente, para el campesino, que es el que vive el conflicto de frente. No hay garantías para ellos porque llegan otras fuerzas. La paz no es solamente con la guerrilla de las Farc, es también con otras guerrillas o los paramilitares. El mismo ejército debe cambiar su manera de actuar con el campesino. No es muy alentador el asunto en el campo, en los corregimientos, porque la economía va muy en contra del pobre y eso no es paz. Los desplazamientos tampoco son paz. Que se muera gente porque no es atendida por ningún médico o una EPS eso tampoco es paz. El panorama no es alentador. La paz no es un asunto de armas. 

¿Te parece que hay buen fotoperiodismo en Colombia?
Sí, ahora con la posibilidad de acceder a cámaras baratas hay gente que está haciendo buenas fotos solo que no con la rigurosidad de pensarse la foto como algo más periodístico. Veo que la gente toma fotos más de manera instintiva.

¿Cómo puede aportarle la fotografía al proceso de paz en Colombia?
La fotografía es arte. Un proceso de paz también necesita del arte, de la cultura, de muchas expresiones que no solo tienen que ser mediáticas, la fotografía es una de ellas. Es la más compleja porque es una imagen que no está acompañada de ninguna palabra. Entonces la imagen queda sola, expuesta y por eso es importante tanto en un proceso de paz como en cualquier situación. 

Lleva algún tiempo exponiendo en Deblus, ¿qué recepción ha tenido?
Lo que he podido escuchar de los comentarios es que han impresionado porque muestra diversos lugares del país y porque hay miradas que impactan. Y también por el formato en que se imprimieron, que es en lienzo. No es  papel tradicional fotográfico sino acercándose a la pintura. Por eso impactan. Y Debluss tiene unas luces que hacen que se vean mejor. Me dicen que ha ido gente que nunca había ido nunca antes al bar, alguien le dijo que estaban allá y fueron solamente a mirarlas. 

Usted empezó fotografiando plantas…
Me parece que con la fotografía siempre hay que estar experimentando en formas, en colores. Empecé haciendo fotografías a las plantas, a pequeños detalles, macro, lo exploré, me gustó mucho, pero también después me di cuenta que había que trascender a eso humano, algo más cercano a nosotros, un rostro humano, una mirada, una acción. Esa foto de la sombra del campesino que es un contraluz de un campesino al que se le ve la silueta de las botas, el sombrero, el machete, unas piedras alrededor. Es un experimento con las formas. No quedarse solamente en las plantas sino jugar con luces. No sé qué vendrá luego después que haga esos experimentos. El asunto del paisaje me parece muy difícil porque una foto del paisaje es sencilla de tomar porque uno quiere tener el recuerdo, pero una foto de postal es muy difícil.

También eres periodista.
Mi enfoque es más por la escritura. Pero me parece que el texto debe ir bien acompañado. Que tenga también una buena frase en imagen. Llega la fotografía como a desempeñar otro papel en el periodismo, a decir lo que no se dice con palabras. A acompañar esas palabras. Haciendo una reportería de todos modos no hago la foto solo para la reportería. Busco algo que vaya más allá de todo eso. Que sirva para una exposición, mirando el asunto más artístico, que así sea de veinte fotos para una reportería que una de esas sea una foto artística que tenga otros elementos distintos al de reportear una situación.



4 comments:

Anónimo dijo...

La empresa que asesoro el aumento de impuestos vehicular es de MAURICIO LIZCANO (senador de la U), socio de ORTIZ y por el cual les hizo que votaran para el senado, que son los mismos de las camaras piratas que instalaron para las foto multas, "sigan votando por estas ratas", en dos años seran candidatos, espero que NO voten por este par de ladrones.

Anónimo dijo...

AHIII que bueno vladi que cuando uno llama ya no contesta alias "berenizado" muy bien vladi veo con muy buenos ojos tu alcaldia.

Elizabeth Rojo dijo...

Qué bien que podamos ver realidades de nuestra patria en imágenes que hablan más que mil palabras. Y qué bien que sea una Colombiana que le ponga el alma a su labor y que aunque haya situaciones que revelen la angustia y el dolor de experiencias vividas por los protagonistas de las imágenes, se nos revele magnifica calma en su ser.
Felicitaciones Bibiana
Eres un reflejo de buenas acciones.
No queremos más amarillismo ni reportería que denigre al ser humano solo por un like.

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo de fotografia y contenido; es interesante saber que aun existe algo de creatividad en las formas de informar. Sin embargo, eso de "dulces", me parece, es escencialista y por ello, empalagoso y amarillista.